Cerca del 50% de la población mundial está en riesgo de padecer malaria, lo que equivale, al menos, a unos 3.300 millones de personas de todas las edades.
La alerta la lanzó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Día Mundial de la Malaria.
Esta es una conmemoración para reflexionar sobre los retos de erradicación de la enfermedad en el planeta, entre ellos, invertir al menos 4.000 millones de euros para distribuir más fármacos y patrocinar a más médicos.
La malaria es un mal causado por parásitos de la especie Plasmodium.
La enfermedad se transmite a las personas por un mosquito infectado.

Las personas que viven en los países más pobres son las más propensas a infectarse. Por eso, la malaria es un problema especialmente grave en África (donde se registra el 90% de los casos). Allí, la malaria es responsable de una de cada cinco muertes infantiles, es decir, del 20% de ellas.
Los niños y mujeres embarazadas son los grupos en mayor riesgo de padecer la enfermedad.
Según los datos de la OMS, respaldados por Unicef, un niño africano (menor de cinco años) tiene, en promedio, entre 1,6 y 5,4 episodios de fiebre por malaria cada año.
Además, cada 30 segundos muere un niño por este mal.